Recientemente los establecimientos de educación media han estado recibiendo la comunicación que les indica la categoría de desempeño en la cual han sido ordenados luego de la evaluación integral a la cual han sido sometidos. Éste, es un mecanismo para articular el trabajo del Sistema de Aseguramiento de la Calidad, que clasifica a establecimientos en cuatro categorías: Alto, Medio, Medio Bajo e Insuficiente; está basada en el índice de resultados que considera los aprendizajes académicos y los Indicadores de Desarrollo Personal y Social y luego, es ajustado a las características socioeconómicas de los estudiantes del establecimiento.
La Categoría de Desempeño es la forma integral por la cual el Sistema de Aseguramiento de la Calidad puede identificar el nivel de ayuda y orientación que necesitan los establecimientos escolares. Corresponde a una evaluación cuyo resultado es la categorización en un nivel de desempeño desde el cual se pueden focalizar los apoyos y orientaciones para colaborar en la construcción de las rutas de mejoramiento que cada establecimiento junto a su comunidad debe diseñar e implementar.
La metodología de ordenación es una herramienta que corresponde al primer paso de una evaluación más integral de la educación impartida en las escuelas y liceos de nuestro país y busca entregar información útil para el mejoramiento de la gestión escolar. Por lo cual la marcha blanca –en el caso de los establecimientos de enseñanza media- es una oportunidad para que los profesionales de la educación conozcan esta nueva herramienta con el fin de trabajar en su plan de desarrollo estratégico como institución y, por otra parte, analizar sus procesos con el fin de implementar una política educativa con foco en el mejoramiento de la calidad de los aprendizajes de sus estudiantes.
Analizar la información que contienen los informes que cada comunidad ya conoce, debe ser una práctica indispensable para promover el compromiso, asumir responsabilidades y contribuir a generar una dinámica virtuosa en la cual la evaluación se constituye en una oportunidad para mejorar. La evaluación de las escuelas y liceos ha dejado de ser un juicio sobre su desempeño para constituirse en parte de una nueva estrategia que mide logros de objetivos que se plantea la propia institución escolar para luego tomar decisiones que diseñen una ruta hacia la mejora integral, en la cual los aprendizajes de los estudiantes tienen un lugar central. Con esto la evaluación ha dejado de ser un suceso para convertirse en un proceso de aprendizaje permanente, tanto de la organización escolar a través de sus mecanismos de gestión, como de los profesionales de la enseñanza y de los propios estudiantes.