El caso del profesor de Antofagasta que insultó a una alumna tiene dividido al liceo. Ella pide su expulsión, y él acusa que su arrebato es el corolario de un largo período de hostigamiento. Los expertos afirman que el episodio no es más que la erupción de un problema que involucra a toda la comunidad escolar.

Pamela Carrasco T.

El profesor Freddy Villalobos no olvidará fácilmente su última clase al 3° medio del Liceo Comercial “Jerardo Muñoz Campos” de Antofagasta. Mientras veían la película “Sicko” de Michael Moore, que critica el servicio de salud pública para la clase baja de Estados Unidos, y el docente intentaba generar un debate sobre el sistema chileno, los cerca de 40 alumnos parecían estar muy interesados.

En eso, Freddy le pregunta a la estudiante Stephanie Gatica: “¿Qué sabes tú?”. Ella responde con un indiferente: “Yiaaaaa”, y ahí todo se va a la punta del cerro… El diálogo entre ambos y los insultos del profesor a la niña increpándole su condición de pobre y madre soltera son grabados en un celular.

El resto ya es historia: la cinta se hizo pública, Stephanie pidió la expulsión del profesor, el profesor pidió disculpas públicas y reconoció su falta y se inició un sumario. Mientras, Freddy Villalobos está suspendido de sus funciones por 15 días y el colegio está dividido: gran parte del 3° medio apoya a Stephanie, mientras que el 4° B ha salido a la calle a manifestar su solidaridad con el profesor.

Stephanie ha dicho públicamente que no va a aguantar esta agresión. “Así como sancionaron a la niña en Santiago (María Música), yo también quiero que lo sancionen a él”, pide.

El profesor, en tanto, cuenta su versión de la verdad y dice que la parte de la grabación que oyó el país es sólo el final de una escalada de presiones que se venía gestando hace tiempo.

“Les estaba enseñando acerca del sistema de salud, y a partir de eso les conté mi experiencia sobre lo que pasé cuando mi hija de cinco meses se enfermó. En ese momento recibí silencio e incluso burlas de parte de los alumnos, y me dio impotencia ver que estudiantes de bajos recursos no le tomen importancia a un tema relevante”, relata el docente.

El profesor, que cuenta con un magíster en Educación en Edmonton (Canadá), dice que no quiere justificarse, pero que los estudiantes les han perdido el respeto a los profesores.

“Días antes, un grupo de alumnos dejó un preservativo en mi asiento; no era primera vez que se me hostigaba”.

Según los especialistas, la reacción desmedida del docente no es un hecho fortuito, sino que es un síntoma del funcionamiento de todo el colegio.

“Los alumnos van sintiendo que la escuela les sirve poco para superar su condición de vida o de pobreza, por eso aunque los sancionen les da lo mismo, tal como les da lo mismo sacarse buena nota”, explica Fernando Maureira, académico investigador del CIDE (Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación) de la U. Alberto Hurtado.

En ese contexto, los profesores sienten que no pueden resolver su problema cotidiano de cómo enseñar y conectarse con los estudiantes. “Eso día a día va produciendo un desgaste y se genera una sensación mutua de frustración”, dice.

Para Isidora Mena, directora del programa Valoras UC, de la Universidad Católica, el problema está en que la escuela no ha asumido su rol formador. “Si no existe esta conciencia y se hace un trabajo en torno a esto, la convivencia se vuelve caótica, las normas no existen o no se respetan y esto crea el escenario perfecto para que que estallen estos conflictos, porque quedan todos muy desvalidos”, sostiene.

En el Ministerio de Educación, en tanto, creen que estos hechos de violencia son aislados y que la escuela sigue siendo un lugar confiable dentro de la sociedad y un ente formador.

De todas formas reconocen que estos casos de agresiones son inevitables en cualquier grupo humano y lo importante es saber tratarlos educativamente.

“Lo relevante es que las escuelas con sus alumnos, directivos, profesores y apoderados tengan un proyecto común que las convoque y que les haga sentido”, dice Erika Castro, coordinadora de Convivencia Escolar del departamento de Educación Extraescolar del Mineduc.

Poca valoración

Si bien todos sancionan cualquier agresión de parte de los docentes, reconocen el difícil escenario en que se mueven.

“Los niños sienten que tienen libertad de hacer y deshacer y de ser insolentes si quieren, porque no son sancionados, y los profesores tienen miedo de dar cualquier paso formativo, por las consecuencias que puedan tener y se van quedando callados, hasta que estallan”, dice Luis Morales, director de Educación de la Corporación Municipal de Desarrollo de Antofagasta.

Dice que nada justifica el mal proceder de Villalobos y que por eso se está esperando la resolución del sumario, pero también acusa que el rol de profesor ha perdido autoridad en la sociedad.

Hacer las cosas bien

Un buen clima escolar implica que el colegio haga bien su trabajo. “Las escuelas gastan mucha energía en manuales de convivencia y programas, cuando lo importante es tener buenas clases y profesores que enseñen”, dice el investigador Fernando Maureira. Una opinión que comparte Isidora Mena. “Los colegios que sí funcionan cumplen sus objetivos de enseñar y aprender”, dice la psicóloga, y señala que los buenos directores que ejercen un liderazgo positivo y hacen una buena gestión son la pieza clave para crear escuelas con un buen ambiente.

42%

de los profesores ha tenido diagnóstico de estrés, 44% padece de colon irritable y 49% tiene insomnio, según un estudio de Unesco.

Las explicaciones

“La convivencia debe tomarse como un problema sistémico, donde ministerio, sostenedores, padres, profesores y estudiantes trabajen para mejorarla”.

FERNANDO MAUREIRA investigador del CIDE, de la U. Alberto Hurtado

“Si hay problemas en la escuela, el problema es de la escuela. Pero ésta, al tener una creencia equivocada de su rol, no invierte tiempo ni recursos en la formación de los alumnos”.

ISIDORA MENA, directora Valoras UC

“La escuela es responsable de la formación de los jóvenes, pero a veces se la saca de foco cuando la sociedad le enrostra y le pide que se haga cargo de todos los problemas actuales”.

ERIKA CASTRO, Ministerio de Educación

“En mi experiencia como docente, debo reconocer que generalmente los conflictos se manejan por la vía del castigo. Es necesario escuchar a los chiquillos, a los colegas, a los directivos, a los padres. No podemos vivir siempre a la defensiva”. Clara Abello, blog 600 Mineduc.

Leave a Comment