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Me gustaría destinar a los profesores mejor evaluados a las escuelas donde están los alumnos con mayores dificultades para aprender, pero no lo puedo hacer si el profesor no está de acuerdo.
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La utilización de los recursos está dado centralizadamente, no puedo convenir la incorporación de estrategias de gestión y utilización de recursos materiales y profesionales si no cuento con la anuencia del Ministerio de Educación.
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No puedo modificar la extensión de la jornada por las implicancias laborales y de financiamiento que ello tiene, si hasta construir horarios escolares donde se compatibilicen las disponibilidades laborales con las necesidades pedagógicas del trabajo escolar es una dificultad.
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No puedo modificar la carga horaria de los docentes ni disminuir la cantidad de alumnos por curso en escuelas con alta vulnerabilidad, sino a un alto costo financiero.
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Cada vez que hacemos un concurso para Directores, los actuales si no son elegidos quedan en la planta en las mismas condiciones.
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El Estatuto Docente no es justo, contiene restricciones y mayores obligaciones para los municipios, quienes además deben tomar decisiones incluyendo criterios sociales y políticos que incrementan los costos y disminuyen los beneficios; lo contrario hacen los privados. Alienta la permanencia y desincentiva la renovación docente en los municipios; lo contrario provoca en los privados.
Volviendo al Proyecto de Ley de Subvención Preferencial
La Estrategia de Mejoramiento Educativo, que deberá ser presentada por los establecimientos escolares para su aprobación por el Ministerio de Educación en un plazo no superior a un año desde su incorporación al sistema y que tendrá una extensión máxima de cuatro años: ¿no basta con que sea aprobada por la propia comunidad y su sostenedor, quienes en definitiva son los que asumen el riesgo, las consecuencias y la responsabilidad de su éxito o fracaso? O el Ministerio de Educación rendirá cuentas a la comunidad escolar y asumirá las consecuencias de haber aprobado un plan equivocado, que no supo implementar ni corregir oportunamente? Falta confianza en los profesores, en los padres y en los directivos cuando se tienen que resolver problemas que difícilmente podrán ser bien comprendidos por un funcionario evaluador y mucho menos asesorar con las visitas esporádicas que pueden éstos hacer a los establecimientos. La evidencia sobre esta materia es que los buenos sistemas escolares integran los asuntos administrativos y pedagógicos en una sola unidad de mando.
Las posibilidades limitadas que en el Plan de Reestructuración (obligatorio para el sostenedor en escuelas Con Necesidad de Medidas Especiales y En Recuperación) pueda permitir la reorganización o reubicación de los docentes y directivos de la escuela. Sin modificaciones al Estatuto Docente, esto será un foco de conflictos que ninguna autoridad local estará dispuesta a asumir, acumulándose las tensiones y costos de un sistema laboral obsoleto.
La amenaza de cierre de las escuelas por mantener malos resultados en el SIMCE o el logro de los estándares deseados, puede provocar efectos contradictorios: desmotivación anticipada y fuga de los buenos profesores en escuelas de alta concentración de alumnos prioritarios. Pero también, que se concentren los esfuerzos en estos sectores instrumentales en desmedro de las múltiples acciones formativas que constituyen demanda a la escuela en estas comunidades con mayor fuerza. Orienta el uso de los recursos. Es decir, ¿tendremos que destinar menos tiempo y dineros a las actividades artísticas, deportivas, de formación valórica? Calidad en la educación es un concepto amplio y diverso.
Los municipios sufrimos un acoso permanente por efectos de la libertad de localización de la cual gozan los operadores privados en las zonas en las cuales no existe déficit de cobertura. Esto debiera restringirse, pues profundiza la segmentación social al elegir éstos a las familias socio culturalmente mejor dotadas y no ampliando la posibilidad de elección de las familias con una supuesta mejor escuela. (¿Qué los mueve al instalarse en estas zonas? No quiero decir la palabra).
Falta autonomía. Más recursos sin mayores atribuciones no nos hace más responsables. En esto estamos en desventaja con los establecimientos privados. Lo que pedimos es igualdad de trato.
3.- ¿Probabilidades de mejorar los resultados? (= resultados)
Se está sobre dimensionando la necesidad de tener escuelas más eficientes, por sobre el imperativo ético de tener un sistema educacional más equitativo.
Hay que tomar medidas más audaces que modifiquen sustancialmente el modelo de reproducción social que se está creando a partir de la calidad de las escuelas que tenemos, porque lo que se avizora es la misma estratificación en la educación superior, como una cadena natural, como un pasadizo predeterminado que impide la integración y la cohesión social.
Esta Reforma, con estas bases y dispositivos desplegados, ya no soporta más experiencias pilotos. Creo que tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en alcanzar mayores niveles de igualdad de consecuencias: de las probabilidades que sujetos de diferentes grupos sociales tienen de acceder a similares niveles de vida como consecuencia de sus resultados escolares.
Al pedir una educación de calidad se pueden demandar cosas tan diversas como la potenciación de un modelo cultural, la facilitación de acceso al mundo del trabajo, el establecimiento de unos valores morales, la selección de una minoría de excelencia o la consecución de unos estándares instructivos considerados deseables.
Una educación que tenga logros instructivos al tiempo que resultados morales, que obtenga los máximos rendimientos de todos y cada uno de sus alumnos, así como de los recursos materiales y humanos de que disponga, donde la exigencia sea una constante para todos los miembros de la comunidad educativa, en la búsqueda de la mejora permanente. ¿Son muchos factores? Ciertamente, pero nunca se ha dicho que la educación sea una tarea simple. Buscar la calidad en educación será tan difícil como compleja es la naturaleza del fenómeno educativo.
Es probable que subamos el piso: más recursos mejora las oportunidades, me comprometo a mejorar la gestión, pero ¿mejorarán los resultados? Apuesto a que los promedios y resultados agregados serán mejores la próxima década, pero tengo dudas de que si habremos avanzado en equidad y justicia social.
La educación le ha cambiado el rostro a la sociedad chilena a lo largo de su historia: permitió la creación de una burocracia honesta y eficiente que nos dio estabilidad en el siglo XIX; permitió el surgimiento y la consolidación de la clase media a comienzos del siglo XX y nuestros dos Premios Nobel; la integración del campesinado y del mundo popular a los procesos de modernización nacional a partir de la década del 60; ha sido el más eficiente de los mecanismos de movilidad social que hemos tenido estos últimos 20 años. La educación me cambió la vida y se la ha cambiado a millones de chilenos y chilenas.
Tengo la esperanza de que a través de una mejor educación, vamos a derrotar la pobreza en nuestro país y le vamos a cambiar la vida a los hijos de las familias más modestas. Especialmente a ellos no les sirve la promesa de una buena educación en el futuro, necesitan buena educación hoy, que les permita seguir estudiando, tener mejores empleos y ser mejores ciudadanos mañana. Tengo fe en que lo vamos a lograr. (Presentación en Seminario del mismo nombre, organizado por la Fundación Chile)