Pasada la fiebre de los rankings, quisiera compartir con ustedes una respuesta que me he dado a esta pregunta inicial. Muchos seguramente también se habrán preguntado cómo le fue al colegio de sus hijos y no saben cómo interpretar o comparar los resultados. Les propongo realizar dos miradas a estos: primero, vean si en las pruebas que examinaron a los alumnos el colegio avanzó o disminuyó en alguna de las pruebas (los promedios esconden realidades); así usted podrá saber si en matemática mejoró, se mantuvo o empeoró respecto de la medición anterior. Si por ejemplo ha mejorado sus resultados en todas las pruebas (tres en cuarto básico y dos en segundo medio), usted podrá estar medianamente satisfecho. La segunda mirada que hay que hacer, es ver que diferencias, en estas mismas pruebas, tiene con sus pares, con los colegios que tienen como alumnos a los hijos de las familias que pertenecen al mismo nivel socioeconómico que al que pertenece el colegio de su hija o hijo (desde la A hasta la E, niveles socioeconómicos bajos al más alto). Así podrá usted saber si en matemática es mejor o peor que los colegios similares, con los cuales se puede comparar; si es superior en todas, usted podrá estar completamente satisfecha o satisfecho. Si ambas satisfacciones se juntan, podrá decir con toda propiedad que su hijo tiene un buen colegio.

La superación es logro evidente de una gestión educativa centrada en los aprendizajes sus estudiantes. Los catorce colegios de educación básica y cinco de enseñanza media que lograron avanzar y ser mejores que sus pares, podrán compartir de manera honesta con sus comunidades la satisfacción de decir que les ha ido bien en el SIMCE. Ellos difícilmente pueden ser torpedeados en sus argumentos y estarán dando un ejemplo de superación independientemente de los factores asociados a la buena enseñanza y que un muchos casos suelen utilizarse como argumentos que obstaculizan las posibilidades de aprendizaje de los niños y jóvenes.

Los resultados en nuestra comuna nos muestran que las diferencias entre grupos socioeconómicos son significativamente mayores que por tipo de dependencia. Es decir, tiene mayor incidencia en los resultados escolares las condiciones socioeconómicas de los jóvenes y sus familias que la propiedad de los establecimientos escolares a los que asisten. Nos preocupa la baja generalizada en todos los niveles socioeconómicos y en todas las pruebas en los cuartos básicos, contrario a lo ocurrido en el país, no así en segundos medios, donde se mejoró en las dos pruebas y en todos los niveles socioeconómicos y donde la educación municipal tiene mejores resultados en los grupos medios que el sector privado.

No estamos satisfechos con los resultados alcanzados tanto en los cuartos básicos como en los segundos medios. Maipú puede más. Ningún establecimiento de la comuna tiene alumnos pobres: el 97% son hijos de familias de caracterización media, es decir, sus padres en promedio tienen a lo menos enseñanza básica completa e ingresos entre $150 mil y $500 mil pesos. Esta fuerte homogeneidad social debiera ser una fortaleza para tener mejores resultados en los aprendizajes de nuestros estudiantes y para potenciar la identidad y la solidaridad como valores sociales y escolarmente efectivos y no contradictorios. (www.lavozdemaipu.cl)

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